zUmO dE pOeSíA

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de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Por eso vengo aquí (por León Molina)


El viento me envejece

y sin embargo

me siento como un niño

cuando llega a este monte

y me revuelve la melena.

Clava sus dardos en mi piel

mientras en el valle se aquieta

el tiempo que me ignora.

Por eso vengo aquí.

En el gélido abrazo soy de nuevo

vigorosamente mortal

y entrego mi pasión

al viento que me va desmoronando.

En estos montes solitarios

comprendo que acabarse

es también una forma de estar vivo.

martes, 30 de diciembre de 2014

Oración de Caín (por José Luis Piquero)


Gracias, odio; gracias, resentimiento;
gracias, envidia:
os debo cuanto soy.
Lo peor de nosotros mantiene el mundo en marcha
y la ira es un don: estamos vivos.

De quien demonios sean las sonrisas,
derrochadas igual que mercancía barata,
yo nunca me he ocupado.
Gracias por no dejarme ser inconstante y dulce
mientras levanta el mundo su obra minuciosa de dolor
y nos hacemos daño unos a otros
amándonos a ciegas,
con torpes manotazos.

Yo soy esa pregunta del insomnio
y su horrible respuesta.
Bésanos en la boca, muchedumbre, y esfúmate,
que estamos siempre solos y no somos felices.

Gracias, angustia; gracias, amargura,
por la memoria y la razón de ser:
no quiero que me quieran al precio de mi vida.

Gracias, señor, por mostrarme el camino.
Gracias, Padre,
por dejar a tu hijo ser Caín.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Hueco palpable (por Jordi Doce)

Harapos de deseo o de memoria
te regresaron de esa nada o nunca
en que el reverso del amor (su ausencia
o su oscuro fulgor) te confinara.

Harapos de tu voz, de tu mirada
que no cesa, que vuelve a visitarme
en la fugaz baraja de las calles,
en el paso azaroso de otros rostros

mientras el tiempo impone sus traiciones,
su indócil vertedero de silencios,
la cera desgastada de sus noches

como torpe remedo de tu cuerpo,
hueco palpable que es tu fiel ausencia
cuando otros ojos son, dicen ser tuyos.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Oigo (por Sinéad Morrissey)

Entre otros ruidos, oigo a mis hijos llorando;
a los niños mayores jugando en la calle
después de la hora de dormir, sus bulliciosas voces
en la luz debilitada; o al bebé
de la puerta colindante, malhumorado y sin sueño,
a través de paredes demasiado finas; o en el constante
y singular tono de Baltimore Westside
en The Wire, sus sirenas y frecuentes disparos,
sus policías atribulados arengando a los niños
desde seis años para confinar
a los camellos en las esquinas, su insolencia
y su colérico discurso; o en el espacio en blanco
entre estaciones de radio cuando no se oye
ninguna voz y el chisporroteo estático
puede engullir por completo los gritos
de socorro de un niño; incluso en el silencio mismo,
sus bucles y pliegues que amortiguan
un grito fantasma, uno que yo he inventado, pero que se oye,
subiendo las escaleras, deteniéndose
en el vestíbulo, se escucha, se escucha con fuerza,
igual que –como mucho– la respiración acompasada.
Pero la mayoría de las veces no se oye nada, el aire
espeso del rellano con algo suspendido,
motas de polvo, el voladizo de las mantas, un barco
en el lago a través de la ventana, un sueño infantil.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Reparaciones (por Martín López-Vega)


(Relación de reparaciones efectuadas en la iglesia del Bom Jesús de Braga en 1853 según consta en la factura del Maestro De Obras)


Recolocar una estrella caída.

Un gallo nuevo para San Pedro y pintarle la cresta.

Poner una piedra en la honda de David.

Dorar y poner plumas nuevas en el ala izquierda del Ángel de la Guarda.

Pendientes nuevos para la hija de Abraham.

Adornar el arca de Noé.

Corrección de los diez mandamientos.

Renovar el cielo y lavar la luna.

Retocar el purgatorio y añadirle almas nuevas.

Avivar las llamas del infierno y varios arreglos a los condenados.

Limar las uñas del diablo.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Tan imposible (por Juan Ramón Jiménez)


¡Ay, es tan imposible
que yo la tenga en mí,
como que el agua quieta de esta fuente
que refleja la hora dulce y malva,
tenga en sí la campana de la tarde;

campana de la tarde,
que está en la hora, como el cielo;

en la hora que la fuente copia,
y no en la fuente, ay!

jueves, 25 de diciembre de 2014

Pájaro del viaje de hilo (por Antonio Orihuela)


Escribir poemas como comprar el pan
esperando que nutran y alimenten,
ojalá el poema me ayude a respirar y arder.
Escarbar palabras, agujeros, laberintos,
mientras gruñe alrededor el lobo.
La palabra es un cepo oxidado y yo
un cazador torpe en la nieve hostil,
en el torno del alfarero,
en el yunque del herrero de los huesos,
en el collar de la negra de calaveras erradas,
a la búsqueda de sendas propicias
y semillas silvestres.
Pájaro del viaje de hilo,
dónde quiero ir,
dónde quieres ir,
adónde crees que vas a llegar.
Voy a susurrarte que nada existe
para defenderme de ti.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Y sacarlos a flote (por Saiz de Marco)


Como buzos que buscan hundidos galeones
con sondas
batiscafos
en las fosas marinas,
puede también que un día de este ya nuestro invierno
podamos bajar hasta el fondo de nosotros
en busca de esos sueños
que fuimos arrojando a las aguas negruzcas

Y tal vez encontrarlos allí
languidecientes,
y sacarlos a flote, y revivirlos

-Oh habéis permanecido,
sueños de abril y mayo
Ni el abismo ni el tiempo ni el salitre pudieron
con vosotros

Y de nuevo ante ellos
(de óxido corroídos pero no corrompidos)
abrazarlos diciéndoles

-Nunca más volveremos a dejar que os hundáis

martes, 23 de diciembre de 2014

Pero dónde (por Máximo Simpson)


Yo vi una melodía ahogada en alta mar,
un arpegio sonámbulo, exiliado,
ya ciego entre los pájaros,
y un piano derribado en la intemperie,
y un músico extraviado por las nieves del tiempo.
Yo he visto todo eso, pero dónde,
¿dónde andará mi padre, don Elín?
Yo vi una melodía ahogada en alta mar,
vi un caballo sin alas,
un fuego sin calor, un río sin orillas.

Yo he visto todo eso, pero dónde,
¿dónde andará mi padre, don Elín?
¿Está reconstruyendo los rotos mecanismos?
¿Está bebiendo luz, prepara sus maletas?
Yo vi una melodía ahogada en alta mar,
vi un sueño que corría hacia el abismo,
vi un zapato perdido,
una paloma herida convocando a los ángeles.
Yo he visto todo eso, pero dónde,
¿dónde andará mi padre, don Elín?
¿Cómo hará en las mañanas para entornar las puertas?
¿Cómo hará por las noches para inventar las flores?
Yo vi una melodía ahogada en alta mar,
Yo vi una copla exhausta, despoblada,
una trova, un acorde, una rapsodia
sin violín, sin garganta.
Yo he visto todo eso, pero dónde,
¿dónde andará mi padre, don Elín?
¿Dónde andará?

Ay, yo vi una melodía ahogada en alta mar.


lunes, 22 de diciembre de 2014

Así tiemblan (por Fernando Ortiz)


Atrás van quedando rostros,
nombres, calles y ciudades.
Atrás quedó el que yo era
y que ahora ya no es nadie.
El que yo soy y el que fui
y el que seré algo más tarde
están juntos y se miran
como si me preguntasen:
¿Quién sabe lo que es atrás
y quién sabe qué es delante?
Así tiemblan y se extinguen
tres llamitas con el aire.


domingo, 21 de diciembre de 2014

La muralla que no derribamos (por Glauce Baldovin)


No es necesario envenenar el agua
cortarse las venas
colgarse
El recuerdo de lo que quisimos ser
el acto heroico
ante el cual retrocedimos
la muralla que no derribamos
la fortaleza que no construimos
el fuego que dejamos apagar
son suficientes...


sábado, 20 de diciembre de 2014

El viento lo agita todo (por Philip Larkin)


El viento sopló todo el día de mi boda,
y mi noche de bodas fue la noche del vendaval;
la puerta del establo no dejó de golpear,
y él tuvo que bajar y cerrarla, dejándome
como una estúpida a la luz de las velas, oyendo
la lluvia, viendo mi cara en el curvo candelabro,
en realidad sin ver nada. Cuando volvió
dijo que los caballos estaban inquietos, y me entristeció
que aquella noche hubiera un hombre o animal
que no compartiera mi felicidad.

Ahora, de día,
el viento lo agita todo bajo el sol.
Él ha ido a ver la riada, y llevó
un cubo desportillado al gallinero,
lo dejó en el suelo y quedó mirándome. Todo es un viento
que revuelve las nubes y los bosques, que azota
mi delantal y la ropa del tendedero.
¿Puedo soportar que el viento me haga encarnar
la alegría de mis actos, como un hilo ensartado
de cuentas? ¿Podré dormir ahora
que esta mañana perpetua comparte mi cama?
¿Conseguirá secar la muerte
estos nuevos lagos de dicha, impedir que nos arrodillemos
como el ganado junto a sus generosísimas aguas?

viernes, 19 de diciembre de 2014

Regresa al misterio (por Julio Inverso)


Todo lo que hemos visto, todo lo que hemos oído, las pequeñas vidas, todas esas comedias tras las ventanas, los gritos, los edificios navegando lentamente, los perfumes en la incansable y cóncava memoria, la jornada sideral de las estrellas, los sentimientos que nos llenaron el pecho y los ojos, nuestras caras flameando desde el sueño, la ceniza meteórica,

oh cementerios de autos de todo el universo

oh sangre derramada en remembranza

todo cuanto pasó, todo aquello, la flor recóndita y el diamante pródigo, el vino largo tiempo refrescado bajo la tierra, el obstinado pulso del tiempo y de las cosas, todo, todo lo que agregó una perla al árbol del misterio y huyó como las luminosas espaldas de las aguas, todo lo que el misterio engendró, prisma increíble, inicia otra serie de galerías infinitas, regresa al misterio, inconcebible, fatal y soberano.

Tomad, pues, vuestro paraguas y penetrad en lo desconocido.


jueves, 18 de diciembre de 2014

Hasta que sí aparece (por Daniela Camozzi)


suele decirse

que un cuerpo aparece

cuando se lo toca

y que antes

no estaba ahí

el mío apenas sale

cuando se choca

con algún mueble

y se magulla

o al apoyar

la mano en la mesada

y así el metal

me devuelve la mano

como propia

ese es también

un cuerpo

pero menos

es como una anticipación

un fragmento

es que si nadie lo toca

él no está

del todo ahí

hasta que sí aparece

como suele decirse

estremecido por la caricia

y deja de ser

un fragmento que se apoya

en alguna superficie

para tener realidad

con tu caricia aparece

la realidad completa

de mi cuerpo

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Y no los viste (por Eloy Sánchez Rosillo)


Mirar no es sólo asunto de los ojos.
Primero, ciérralos unos instantes
y dentro de ti busca –en tu sosiego–
la facultad de ver.
Y ahora ábrelos, y mira.
Es enero ahí afuera, pero está
muy hermosa la vida esta mañana.
Cuánto sol en los álamos
que en trémulas hileras van creciendo
en esta vieja plaza
de tu ciudad. Un día y otro día,
durante muchos años,
a su lado pasaste y no los viste,
ciego que dabas pena y que hoy, por fin,
de milagro has sanado y puedes ver
y en tu mirar te salvas.


martes, 16 de diciembre de 2014

2 ó 3 golpecitos en la espalda (por Nicanor Parra)


Los patrones no tienen idea
quieren que les regalen el trabajo
nunca se ponen en el lugar del obrero

píqueme esa leñita maestro
cuándo me va a matar esos ratones
anoche no pude dormir otra vez
hágame brotar agua de la roca
la Sra. tiene que ir a un baile de gala
hay que bajar al fondo del mar
un puñado de perlas x favor

otros son + carajo todavía
plánchame esa camisa desgraciado
anda a buscarte un árbol al bosque güeón
arrodíllate mierda
....................... anda a arreglar los tapones
¿Y si me electrocuto?
¿Y si la roca se me viene encima?
¿Y si me cruzo con el león en el bosque?
eh!
eso no tiene nada de particular
eso no tiene la menor importancia

lo verdaderamente importante
es que el caballero pueda leer el diario trancuilo
bostezar a su regalado gusto
oír música clásica x el campeonato

que el obrero se rompa la crisma
que se mande guardabajo
mientras está soldando una viga de fierro
nada de qué admirarse
estos rotos son unos pajarones

que se vaya a la punta de su madre
y después yo no sé lo que pasó
no se imagina cuánto lo siento sra
2 ó 3 golpecitos en la espalda
y una viuda con sus 7 pajaritos a la miseria


lunes, 15 de diciembre de 2014

El pájaro no tenía préstamos (por Forough Farrokhzad)


El pájaro era sólo un pájaro

¡Oh, qué olor, qué brillo del sol! -dijo el pájaro
La primavera ha llegado
y buscaré alimento

El pájaro se elevó desde el borde de la baranda
y voló como un mensaje

El pájaro era pequeño
El pájaro no pensó
El pájaro no leía los diarios
El pájaro no tenía préstamos
El pájaro no conocía a los hombres

En el cielo
sobre la luz roja
voló el pájaro a través de las alturas de los pensamientos
y disfrutó con locura
los momentos del azul celeste

Oh, el pájaro era sólo un pájaro

domingo, 14 de diciembre de 2014

Puede ser otra (por Mario Benedetti)


Cada ciudad puede ser otra

cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren

el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos

cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
uno es el rostro del amor

y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros

y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amor


sábado, 13 de diciembre de 2014

De la maravillosa aspereza (por Miguel d´ Ors)


Y ahora hablaré de la maravillosa aspereza de tus manos cuando llegan a mi alma, directas, desde el Vim-Clorex,
hablaré del olor celeste a cebolla o sardinas que tiene a veces tu ternura,
de tus te quiero con estornudos, o con prisa o qué sueño,
de los cinco hijos que dan a cada gesto tuyo ese inmenso trasfondo de años y habitaciones y lágrimas y viajes,
ese inmenso trasfondo que tanto te embellece,
compañera de lunes, de martes, de heridas, de sonrisas,
de aniversarios secretos, de Beethoven,
de papeles que lo lamentan mucho pero no,
compañera.


viernes, 12 de diciembre de 2014

Aguas de este río (por Bai Juyi)


Ante mis ojos la sierra Song y el río Luo.
Poniendo la mirada en el pasado,
lamento las penurias del mundo.
Las flores y las glorias humanas,
aguas de este río impetuoso.
Las amarguras y los sufrimientos,
inmensas montañas de la sierra.
Sólo habiéndose degustado la tristeza
se conoce la alegría.
Sólo los que han vivido años turbulentos
saben apreciar la paz.
¿Querrá volver a la jaula
el pájaro que vuela en el espacio?


jueves, 11 de diciembre de 2014

Así te hubiera amado (por Dulce María Loynaz)


Como la rosa en el rosal...

así, armoniosamente,

sencillamente estaba la palabra

de paz sobre tu boca.

A ella hubiera ido

yo con las manos juntas

en cuenco tembloroso

a recoger frescura, verdad, amor...


Como la rosa en el rosal, así espaciaba

tu corazón fragancia; así volvía

blancura y suavidad la tierra que lo ataba...


¡Y así te hubiera amado, con la tierra

hecha luz en tu frente hacia la luz

por el instinto vertical del cielo!...


Y así pasaste de una tarde a otra,

breve y eterno... Como la rosa en el rosal.


miércoles, 10 de diciembre de 2014

Gota a gota (por Roberto Picciotto)


antes que lleguen las lluvias comenzó gota

a gota a caer el agua. la recogen los surcos

se despeña de piedra en piedra valle abajo

fluye tranquila por la planicie se esparce

negra en los pantanos: dicen las malas lenguas

que durante el día han de titilar las estrellas

que por la noche ha de brillar el sol y que

balanceándose sobre el filo de un verbo habrá

que buscar en el cielo esmaltado una nube rosada.

llamen al malabarista de sílabas al orfeo

de gorra y bufanda prestidigitador de la palabra

y pídanle juglar de verde jubón y cascabel

en los escarpines que cuando caiga la noche

de ciprés y luna acorde su antigua guitarra

y si elevando la voz canta invención suprema

viento sal y espuma lejos del sueño estival

al socaire si canta fondos donde la gota

se disuelve en el infinito si canta el flujo

y el reflujo del desorden final sucede que es allí

que termina. ¿por qué picotea con cresta crispada

la abubilla a tu ventana?


martes, 9 de diciembre de 2014

Imágenes que se duermen (por Víctor López Zumelzu)

¿Cuántas palabras existirán para nombrar la nieve,
el frío, el hielo, la escarcha?
La manera en que estamos aquí
en este espacio (tú leyendo)
y no allá
y decimos en la sala de clases
presente cuando se lee la lista
o simplemente pasamos
a no estar si no hablamos
Con el tiempo aprendemos
que las cosas alrededor de nosotros
tienen un nombre
y nosotros también las aprendemos
a nombrar
esto es una silla
esto otro una carta
si deseas abrirla debes rasgar el sobre
Mi padre construyendo mi primera biblioteca se golpeó
el dedo tan fuerte que la uña se le cayó
quedando en su lugar un espacio vacío
el cual yo siempre evité mirar
Los recuerdos ya no son así de claros
El tiempo se ha plegado sobre ellos dejando entrever
una grieta oscura algo así como un significante
Pienso con frecuencia en aquello
que nos es difícil de recordar
las distorsiones narrativas
y poéticas a las que uno se ve expuesto
La lógica que guarda cada acto infinito
Una mariposa mueve sus alas en Quinta normal
y eso causa una tormenta
de proporciones de Rhode Island
Un lugar entre la falta de límite
o la falta de definición
La última vez que vi llorar a mi hermano fue cuando
se marchó al servicio militar
después volvió y su rostro era mucho más duro
indiferente
Cada país tiene una palabra para definir el miedo
La soledad
La música de los insectos en verano
La interpretación de la danza
de la naturaleza
La angustia de vivir pensando en el corazón
como un cazador solitario
incluso la idea de caza parece ser anterior a la misma idea
de representación
¿Cómo puede ser posible que alguien
haya decidido levantar un edificio
frente al paisaje que dibujaba todos los días
en su cuaderno?
Ahora no hay horizonte ni distancia visible
la distancia es un asunto de contexto piensa
Sin embargo un cuaderno vacío sin ninguna imagen
también es una imagen
No nos olvidemos que este texto
se compone de imágenes
Imágenes débiles
Imágenes sutiles
Imágenes que se duermen
en la velocidad de la lengua
Lo único que uno aprende con el tiempo
es a abrocharse los zapatos
prepararse huevos revueltos
e intentar simular la falta de confianza
al nombrar los puntos oscuros
los vidrios rotos en los que ha chocado la nieve
Todo placer ha nacido de la necesidad
nos dice Hölderlin
y Joseph Brodsky nos dice al respecto que las cosas
se endurecen en la memoria
para que uno no pueda mudarlas de lugar
Pero todo depende del cristal
con que uno observe
el día o la noche
y cómo la imaginación es capaz de fundir
dos o más conceptos
en una imagen
La ventana ese año permaneció todo el tiempo cerrada
aún así el mundo afuera seguía
dando muestras de su existencia
Las gotas en el cristal,
la débil melodía de los pájaros
en la mañana
¿Cómo podremos reconocer algún día ante nosotros
lo que nunca antes hemos visto?
Cómo decir felicidad sin haber escuchado
nunca la palabra felicidad
En esta parte del texto hay algo indescifrable
una imagen que imita nuestra vida, que intenta
ser nuestra vida
La extensión es proporcional
al miedo
y ella la última imagen que conserva de él
es marchándose
bajo un camino oscuro rodeado de cipreses

lunes, 8 de diciembre de 2014

Ni tiene por qué saber (por Juan Manuel Inchauspe)


Un prolongado ulular me despertó durante la noche.
Tuve una visión fugaz de luces rojas y amarillas, intermitentes.
Con los ojos recién abiertos en la oscuridad
escuché el sonido giratorio por las calles desiertas.
Instintivamente estiré mi mano por entre las varillas
y palpé el cuerpo de mi pequeño hijo:
suave, cálido,
pacificado como un animalito.

Él no sabe nada de estas cosas.
No sabe nada del sueño cortado
en la fría madrugada.
Ni tiene nunca tampoco por qué saber
cómo brotan del sueño estas visiones;
cómo giran, intermitentes, en la memoria,
y flotan con sus ojos de vidrio alrededor del corazón.


domingo, 7 de diciembre de 2014

Cuando llegue a los 100 (por Jan Erik Vold)

Hokusai
llegó
casi a los 90. Cuando tenía 75
años, dijo
de sus cuadros: Empecé a dibujar
cosas cuando tenía
6 años. Todo lo que conseguí hacer
antes de los 50, no vale
nada. Cuando llegué a los 70
aún no había hecho
nada
bueno. A los 73 años
empecé a comprender
las formas básicas
de animales
y plantas.
Cuando llegue a los 80, habré
comprendido más, y cuando tenga 90
conoceré
los misterios del arte
hasta el fondo,
así es que cuando llegue a los 100
produciré
cosas elogiables. Para no hablar
de los años
siguientes.
Ahora lo esencial es
seguir en marcha.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Sol remoto (por Vicente Gallego)


Al salir de casa a primera hora de la mañana, el sol resbala y canta por los aleros, empapa las fachadas y se extiende por las calles de la ciudad como una fina película de oro. Te he contemplado muchas veces inundar los aires de onírica certeza, de aplomada liviandad. Sol niño de la niñez, sol sin duda. Sol del hombre cumplido, sol de siesta tranquila. Sol de las armas y las letras. Sol remoto del viejo, tan desnudo y tan solo. Sol que rompes el cántaro y estás brillando sobre el sereno lago de la muerte. Patinador del iris, arpista del cabello, garra seca en la espalda. Salía de mi casa y te me vienes encima para que arda así con la mañana, con el eje de los mundos, con las extensiones marinas. Sol en blanco que callas y otorgas, aguador de las largas carreteras, santidad del adobe y de las tapias, lávanos los huesos, tú que brillas sobre justos y pecadores.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Qué misterio (por Juan Gelman)


Viendo a la gente andar, ponerse el traje,

el sombrero, la piel y la sonrisa,

comer sobre los platos dulcemente,

afanarse, correr, sufrir, dolerse,

todo por un poquito de paz y de alegría,

viendo a la gente, digo, no hay derecho

a castigarle el hueso y la esperanza,

a ensuciarle los cantos, a oscurecerle el día,

viendo, sí,

cómo la gente llora en los rincones

más oscuros del alma y sin embargo

sabe reír y sabe andar derecho,

viendo a la gente, bueno, viéndola

tener hijos y esperar y siempre

creer que van a mejorar las cosas

y viéndola pelear por sus riñones,

digo gente,

qué hermoso andar contigo

a descubrir la fuente de lo nuevo,

a arrancar la felicidad,

a traer el futuro sobre el lomo, a hablar

familiarmente con el tiempo y saber

que acabaremos y de una buena vez por ser dichosos,

qué hermoso, digo, gente, qué misterio

vivir tan castigado

y cantar y reír,

¡qué asunto raro!

jueves, 4 de diciembre de 2014

Ha muerto Mark Strand


Amigos: Hoy de nuevo tenemos que dar una noticia triste. Acaba de irse uno de los nuestros, el maestro Mark Strand. Son muchos los poemas por él creados que hemos publicado en zUmO dE pOeSíA. Con gratitud y como homenaje a él, aquí van estos versos suyos que tratan precisamente de aquello, y aquéllos, que se van.



El guardián (por Mark Strand)



La puesta del sol; el césped ardiendo.

El día perdido, la luz perdida.

¿Por qué amo lo que se va?


Tú que te fuiste, que te ibas,

¿qué cuartos oscuros habitas?

Guardián de mi muerte,


guarda mi ausencia. Estoy vivo.


Qué músico nos tiene entre sus manos (por Rainer Maria Rilke)


¿Cómo habré de retener mi alma para que
no toque la tuya? ¿Cómo habré de encaminarla
por encima de ti hacia otras cosas?
Ah, bien preferiría someterla a algo lejano,
perdido en la tiniebla, en un paraje extraño, sosegado,
que no se estremeciera cuando tus entrañas se estremecen.
Sin embargo, todo lo que nos toca a ti y a mí
nos une como un arco de violín
que de dos cuerdas saca una sola voz.
¿En qué instrumento los dos estamos tensos?
¿Qué músico nos tiene entre sus manos?
¡Oh, la más dulce canción!




miércoles, 3 de diciembre de 2014

Un jugo antiguo (por Rodrigo Olay)


En la Odisea, Homero nos descubre

la imprevista existencia de una planta

que en las manos precisas es capaz

de dar un jugo antiguo con que puede

adormecerse la melancolía.

Es la planta Nephentes. El olvido

cuya infusión bebía cada luna

Helena, la de los hermosos pechos,

herida de nostalgia para siempre.

Dónde estará esta noche ese licor.


martes, 2 de diciembre de 2014

Sólo conozco (por Juan Carlos Onetti)


Sólo conozco de ti
la sonrisa gioconda
con labios separados
el misterio
mi terca obsesión
de desvelarlo
y avanzar porfiado
y sorprendido
tanteando tu pasado
Sólo conozco
la dulce leche de tus dientes
la leche plácida y burlona
que me separa
y para siempre
del paraíso imaginado
del imposible mañana
de paz y dicha silenciosa
de abrigo y pan compartido
de algún objeto cotidiano
que yo pudiera llamar
nuestro

lunes, 1 de diciembre de 2014

Su voz en mi cabeza (por Ana Pérez Cañamares)


Los platos que me regaló mi madre
están ya deslucidos y pasados de moda.
Cuando hacemos limpieza
nos miran como enfermos agonizantes
que no entienden qué queremos de ellos.
Pero son los platos que me regaló mi madre
que ya nunca volverá a regalarme
nada.
Si un día nos decidiéramos a tirarlos
intentaré escuchar su voz en mi cabeza:
“las cosas, hija, son sólo cosas“.
Mi madre no está en un plato.
Mi madre está en el pan que como.