zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

sábado, 9 de junio de 2012

De agua (por Ibtisam Barakat)




La maestra de biología dijo
que la gente, incluso la de corazón duro,
está hecha principalmente
de agua..

Y entendí que
todos nosotros, como el agua,
debemos atravesar
tantas cosas:
caer del cielo,
pasar noches
en medio de un oscuro océano...
Limpiar las ropas de su suciedad
y platos de todas clases….
Congelarnos en invierno
y cocinarnos a fuego lento
y ser colocados en cubos
y ser golpeados innumerables veces
con la encimera de la cocina.

Y he entendido por qué
cuando las lágrimas de alguien caen, yo lo siento.




6 comentarios:

Tragikomedia dijo...

En realidad somos blanditos como el agua, pero luego nos damos al disimulo y hacia fuera nos mostramos tipos y tipas duros e insensibles. No obstante por dentro somos blandos, líquidos como el agua que a veces nos sale por los ojos.

hAiKu dijo...



Lo que hemos sido.
Lo que seremos luego.
Fluye el Jarama.

(KONSTANTIN)

Círculo Cultural FARONI dijo...


Donde funciona un televisor, seguro que hay alguien que no está leyendo.


(JOHN IRVING)

Cide Hamete Benengeli dijo...

Cuando voy a la casa
de mi chiquilla
se me hace cuesta abajo
la cuesta arriba.

hAiKu dijo...


Reloj de sol:
cualquier hora que marques,
es del pasado.

(CUQUI COVALEDA)

Fuego de palabras dijo...

Hora morada y profunda, áurea y roja de cálidos luceros!
Altas, profusas, lejanas, multiplican, oscuras, las campanas sus sones pregoneros.
El ambiente se inunda de un viento ardiente de pureza, y un cielo no pintado se va extendiendo entre las nubes granas y redondas.
El ángel del pasado lo ha cruzado, resplandeciendo belleza.
Altas, profusas, lejanas, multiplican, oscuras, las campanas sus sones vesperales.
La cabeza febril se me ha doblado sobre los tibios cristales del jardín verdeazul en la penumbra, rosado de los últimos rosales.
Mi corazón se alumbra de oro blanco por dentro súbitamente.
... ¡Ahora sí que encuentro en mí tu porvenir, puro pasado!

(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)