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domingo, 8 de abril de 2012

El beso de buenas noches (por Leopoldo María Panero)

Padre, me voy:
voy a jugar en la muerte,
padre me voy.
Dile adiós a mi madre,
y apaga la luz de mi cuarto:
padre, me voy.
Dile a aquel niño que allá ríe,
no sé de qué, si de la vida,
mi nombre, sólo mi nombre.
Pon mis juguetes en buen orden
oso con oso, pon al perro
con el pájaro, en cuanto al pato
déjalo solo, al pato:
padre, me voy: voy a jugar con la muerte.
Había una llama, sí, en mis ojos,
porque velaron tantas noches
y no logró nadie cerrarlos
sino yo; perdona, padre, que no hubiera
nadie, sino yo: me voy,
me voy solo a jugar con la muerte.

II

Padre, estoy muerto, ya, y qué oscuro
es todo esto:
no hay luna aquí, no hay sol ni tierras,
padre, estoy muerto.
Somos los muertos como enfermos
y el cementerio el hospital
para jugar aquí a los médicos
sábana blanca y bisturí
y tantas tumbas como lechos
para soñar: y son tan blancos esos huesos
padre tan blancos: como soñar.
Dicen los otros, los más muertos
los que ya llevan tiempo y tiempo
aquí vengándose de Dios
que vendrá el Diablo, el buen Diablo
que vendrá el Diablo con más flores
de las que nadie pueda traer.
Padre, estoy muerto, no estoy solo
padre, estoy muerto, tengo amigos
con quien jugar.

III

Madre, esos besos que en la tumba
aún me das
son despertar, son nuevo frío;
estuve vivo, ya lo supe
ahora déjame olvidar.

IV

Padre, estoy muerto, y es la tumba
una cuna mucho mejor
padre, no hay nadie, ya estoy solo
padre, si alguna vez de nuevo
vuelvo a vosotros, padre, si otra
vez yo vivo, no sé con qué voy a soñar.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro poema triste. Precioso pero triste. Como alguien decía, porfi un poco de alegría que si no nos vamos a deprimir toa la peña.

Sandra dijo...

¿Y por qué nos gustan los poemas tristes? A nadie le gusta sufrir y sin embargo nos gusta leer el sentimiento/sufrimiento ajeno. ¿Alguien tiene una explicación?

Virgilio Paniagua dijo...

Cuando escucho a alguien decir que él va al cine para divertirse y que le sobran los dramas y las tragedias..., sé que no tengo delante a un ser humano cultivado ni sensible. Siempre respondo que -mire usted- a mí precisamente me divierten las cosas emotivas y sustanciales y que los necios vodeviles me la traen floja y que me aburro con ellos como una ostra.
El escapismo de lo real aliena y embota la sensibilidad. Del mismo modo que lo feo y lo grotesco dan más juego en las artes plásticas -porque la belleza sigue unos cánones y, por el contrario, lo informe y contrahecho no tiene límites expresivos-, así la poesía y la literatura en general conmueven más cuando hacen referencia al drama existencial humano. Y por eso nos emocionan más los versos en que Dante nos habla de los círculos del Infierno que cuando canta la belleza de la divina Beatriz.

el bachiller Sansón Karrasko dijo...

La poesía consiste sustancialmente en verbalizar sentimientos, o sea expresar emociones con palabras; de modo que consigue decir lo que no es fácil ni habitual decir, situándose en -o casi rebasando- los límites de lo lingüístico. Y, puesto que somos un "homo gramaticus" (el lenguaje nos hizo y sigue haciéndonos humanos), es comprensible que nos atraiga ese logro de expresar con palabras ("palabrizar") las vivencias o emociones que normalmente no se verbalizan. Realmente no le encuentro otra explicación.

Modesto Fraile dijo...

¿Cómo sobrelleváis la Semana Santa, bachiller S.K.? ¿Habéis hallado ocasión de encomendaros a la Virgen de la Arrixaca -creo haberos oído que le profesáis ferviente devoción- y que, por su intercesión, medie ante el Crucificado para que Él perdone vuestros pecados?
Palabrizad ante Él lo malo que habéis sido de un tiempo a esta parte; confiad en el perdón de tan tierno pecho, pues no hay monstruoso pecado que Él no alcance a redimir si media dolorida contrición.
Va por usía:
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

Tragikomedia dijo...

Bachi, tu explicación es convincente pero no agota el tema, porque fíjate que también nos gustan los dramas, las tragedias, las narraciones lacrimógenas (en novela, en teatro, en cine...), historias en las que, pese a saber que lo que se nos cuenta es mentira (producto de la imaginación o fabulación de alguien), se nos saltan las lágrimas, cuando no lloramos a lágrima viva. Así que la cosa es más compleja. A lo mejor somos directamente masoquistas y no lo sabemos.

Anónimo dijo...

Se me ocurre que, ya que el dolor no sirve para nada (salvo para sufrir), le buscamos una utilidad que es la creación artística.

Úrsula dijo...

Preguntarse por qué nos gustan las cosas siempre me pareció una tontería. Además, nadie elige, nadie decide lo que le gusta (al revés: lo que le gusta le elige a él). Nunca me planteo por qué me gusta algo. Me gusta porque me gusta y .

Anónimo dijo...

úRSULA, hele tuh huevoh

BSK dijo...

Modesto, la semana santa cristiana, coincidente según creo con la pascua judía, ha pasado, y aquí seguimos los amigos de la poesía, entre los cuales nos alegra mucho tenerte. En cuanto a los pecados, recuerda que errar es humano y perdonar es divino, así que pelillos (y pecadillos) a la mar.

Pentapolín del Arremangado Brazo dijo...

Se podrá argumentar mucho sobre este asunto, pero al final lo que está claro es que la mejor poesía es la que nace del dolor. Pienso en Miguel Hernández. Si no hubiera sido encarcelado (y sabido que su mujer y su hijo se alimentaban de cebollas), no habría escrito esa obra cumbre que son las Nanas de la Cebolla. Otros poemas como El Niño Yuntero nacieron de la contemplación de la injusticia, que es otra modalidad de dolor. O la elegía a Ramón Sijé, que fue escrita a raíz de la muerte de su amigo. O sea, son poemas basados en hechos dolorosos y tristes. ¿Que por qué nos subyuga la poesía nacida del sufrimiento? Ah, eso ya no lo sé.

Moddy dijo...

Eres un buen tipo, Kharrashtkho.

casa de citas dijo...

Mucha gente se pierde las pequeñas alegrías mientras aguarda la Gran Felicidad.

(PEARL S. BUCK)

ORáKULO dijo...


Observar exige más esfuerzo que pensar.